Desde bien pequeña tenía claro que quería dedicarme a alguna profesión en la que tuviera trato constante con personas y que estuviera relacionada con la salud.

Siendo adolescente me pasaron un cuestionario de orientación vocacional en el IES, recuerdo una pregunta que decía algo así como…“¿en tu tiempo libre prefieres arreglar una radio o ayudar a alguna persona en algún problema que tenga?” tenía tan clara la respuesta que me llamó muchísimo la atención que alguien pudiera elegir lo contrario a lo que yo había puesto.

Estudié piscología en la Universidad Complutense de Madrid, esta no sólo fue una de las etapas más increíble y divertidas de mi vida, sino que también fui enamorándome de una profesión que cada vez me parecía más alucinante.

Las personas que me conocen me suelen decir que soy intensita y haciendo gala de ello no hubo curso académico donde no estuviera realizando por mi cuenta prácticas en mil sitios, estuve en colegios, hospitales, centros terapéuticos, clínicas de psicología… lo tenía claro esto era lo mío.